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La relevancia de la alfabetización de personas jóvenes y adultas en América Latina hoy
Víctor Jesús Rendón Cazales
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La relevancia de la alfabetización de personas jóvenes y adultas en América Latina hoy

Cuadernos de investigación CREFAL

Compartimos el resumen ejecutivo del documento La relevancia de la alfabetización de personas jóvenes y adultas en América Latina hoy (Kalman, et. al., 2018) publicado por CREFAL. En dicho documento podemos encontrar una revisión a la situación actual de la escolaridad de personas jóvenes y adultas, la importancia de mirar la alfabetización desde sus componentes sociales y no sólo los técnicos y la relación entre tecnologías digitales y procesos de alfabetización.

En el siguiente enlace pueden encontrar el libro completo: https://bit.ly/2ByAWu8

 

Resumen Ejecutivo

Si bien el analfabetismo ha disminuido considerablemente en las últimas décadas en América Latina y el Caribe, y ha crecido el acceso a la educación en la región, su distribución sigue siendo asimétrica. Los índices más altos de analfabetismo se encuentran en las poblaciones indígenas y afrodescendientes, mujeres, personas mayores y habitantes de zonas rurales. La diversidad cultural y lingüística constituye un desafío importante para la alfabetización y educación de personas jóvenes y adultas, ya que varias lenguas son ágrafas y esta pluralidad cultural y étnica implica conocer y respetar las distintas creencias, las formas organizativas y políticas, y las prácticas culturales.

En este documento sostenemos que una dicotomía analfabeta-alfabetizado oculta las grandes diferencias que existen en las formas de leer y escribir en la población; diferencias que abarcan qué es lo que se lee y escribe, cómo se lee y escribe, y para qué se lee y escribe. Por lo mismo, rechazamos la idea dominante que postula a la lectura y a la escritura como destrezas técnicas neutras; y asumimos que son prácticas sociales, con formas y significados culturales específicos y contextualizados por intenciones, ideologías y relaciones de poder (Street, 1995). Por eso, reconocemos que la escuela es la institución con el encargo social de formar nuevos lectores y escritores, pero no es el único lugar donde se aprende a leer y escribir, porque las personas se apropian de las prácticas de lectura y escritura también en los contextos de uso y mediante la participación en eventos letrados.

Definimos a la alfabetización, en un sentido amplio y múltiple, como un proceso que va más allá del aprendizaje de las letras, y que ser alfabetizado significa:

• leer y escribir para establecer y mantener relaciones sociales, y

 • participar en actividades culturales valoradas en distintos dominios de la vida social y cultural;

 • conocer prácticas múltiples y complejas vinculadas con lo escrito;

• producir textos en diferentes soportes, formatos y modalidades;

• manejar las distintas tecnologías de la escritura y representaciones culturales.

En el siglo XXI, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO,2015), aún existen 33 millones de personas que “carecen de conocimientos básicos de lectura y escritura”; y de ellas 55% son mujeres en la región latinoamericana. Según López, Opertti, y Vargas (2017), 21% de jóvenes entre 15 y 17 años está desescolarizado, y sólo 63.4% entre 21 y 23 años ha finalizado la escolaridad obligatoria.

En diversos documentos oficiales sobre la alfabetización de varios países resaltan las promesas de desarrollo, prosperidad y bienestar como resultados directos de aprender a leer y escribir. Así, argumentan que el analfabetismo constituye una limitación grave para formar parte de una comunidad y promueven la alfabetización como el motor del crecimiento económico.

Sin embargo, la investigación histórica y económica aporta importantes evidencias que cuestionan estas afirmaciones; y sostiene que el desarrollo económico es el resultado de la conjugación de múltiples condiciones y factores sociales e históricos, y no la consecuencia de una variable aislada como podría ser la presencia de la lectura y escritura en una sociedad.

Los expulsados de la escuela de manera prematura son los usuarios potenciales de programas de educación para jóvenes y adultos, en algunos casos con la finalidad de certificar grados escolares incompletos y en otros, para aprender prácticas lectoescritoras y participar en diversos contextos sociales.

Históricamente la educación básica de jóvenes y adultos está asociada a la visión de una educación compensatoria, remedial, una educación pobre para pobres:

 • se la asocia con la adquisición y el dominio de las destrezas culturales básicas, donde se apoyan los restantes aprendizajes escolares;

• lo que hoy se conoce como educación básica para adultos corresponde a la obligatoriedad escolar y se acredita según la normativa de cada país;

• muchos de los programas de alfabetización en América Latina y el Caribe, contemplan la post-alfabetización, la formación laboral y otros aspectos que involucran las necesidades de la vida cotidiana (fundamentalmente la salud);

• en varios casos analizados, los modos de enseñanza y materiales didácticos distan de ser los adecuados al siglo XXI;

La actual situación amerita un análisis pausado y una reflexión profunda sobre los procesos de alfabetización en un sentido amplio, las prácticas letradas que la educación formal promueve, las formas de enseñanza en la escuela como también los procesos de alfabetización y el uso de la lengua escrita fuera de ella. Por ello, señalamos la necesidad de contar con herramientas teóricas y prácticas que abarquen las dimensiones sociales, pragmáticas y culturales del uso de la lengua escrita, y comprender su uso en el mundo social. Se refleja la necesidad de reconocer e incorporar las aportaciones de la investigación educativa en otros campos que cuestionan definiciones limitadas de alfabetización y educación básica, e integrar los avances pedagógicos provenientes de los estudios disciplinarios y de la experiencia en campo.

Este documento argumenta por qué la alfabetización sigue siendo un tema vigente en América Latina:

• En el marco de la situación actual de la región en relación con la población de jóvenes y adultos de baja y nula escolaridad se realiza un análisis del concepto de alfabetización y una revisión crítica del concepto de educación a lo largo de la vida.

• Se pretende superar la visión restrictiva de la alfabetización como decodificación de las letras a sonidos y entenderla como práctica social englobada en otras prácticas más amplias que desarrollan las personas en su vida cotidiana.

• En este sentido se incorporan algunas consideraciones acerca de las tecnologías digitales y su relación con procesos alfabetizadores.

Se propone una visión ampliada de la educación básica, que tiene como principio la necesidad de superar la fragmentación entre los distintos niveles educativos, entre la educación formal y la educación no formal. Esto significa un posicionamiento político en torno a la necesidad de trabajar con diferentes sectores sociales, de reconocer la importancia de un presupuesto que acompañe las propuestas integradas. Promueve la puesta en marcha de procesos de formación específica para educadores con el fin de que éstos desarrollen prácticas pertinentes a las demandas e intereses de los jóvenes y adultos. Propone recuperar los saberes y conocimientos que los jóvenes y adultos construyen en distintos espacios por donde circulan, e identificar los saberes que tienen de la cultura escrita y sus consecuencias en la vida cotidiana.

Este modo de comprender la alfabetización integrada a la educación básica forma parte del nudo central de este documento.

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