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La red profunda: la tecnología como reflejo de fenómenos y prácticas sociales
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La red profunda: la tecnología como reflejo de fenómenos y prácticas sociales

La red profunda: la tecnología como reflejo de fenómenos y prácticas sociales

Por Tonatiuh Paz*

La red profunda (deep web) es un espacio virtual en el que aparentemente no existe un centro desde el cual se regulen las actividades, los intercambios y las transacciones que ocurren dentro de ella. Este domino de la red abarca todos aquellos sitios, independientemente de su contenido, que no se encuentran dentro de los índices de los buscadores más comerciales como Google, Yahoo, Bing, etc.  La característica de estos motores de búsqueda es que indexan una cantidad pequeña de todo lo que Internet puede ofrecer, pero ¿en dónde se encentra el resto de la información?

Se le llama red profunda a este espacio virtual conformado por la inmensa cantidad de información que se genera día con día y que mucha de ella está elaborada con protocolos de Internet no indexables, razón por la cual los buscadores más conocidos no tienen la capacidad de agregarlos a sus índice de búsqueda y por lo tanto, cuando uno escribe los términos de búsqueda no aparece ningún resultado.

Mucha de esta información está compuesta por  catálogos de bibliotecas y bases de datos bibliográficas nacionales e internacionales; bases de datos no bibliográficas; recursos de apoyo para la investigación y documentos en formatos no indexables, (pdf, word, avi, mp3, etc.). Sin embargo, como menciona Mathieu Tourliere (2014) en un artículo de la revista Proceso[1] la falta de regulación de contenidos y el anonimato, han dejado expresar ciertas prácticas que nos recuerdan la necesidad de análisis y reflexión sobre los diferentes usos y posibilidades de la internet .

La red profunda está disponible para todo aquel que tiene la pericia técnica y acepte operar bajo ciertas premisas de intercambio, el usuario no sólo se protege con una identidad virtual (“avatar”), sino que para navegar en este espacio es necesario utilizar software que haga una suerte de juego de espejos con el envío y la recepción de datos a través de la red. La falta de rostro, tanto del usuario como de la dirección IP desde la cual manda y recibe información, garantiza la movilidad y da margen de acción, hace difícil rastrear quién y desde dónde navega dentro de la red profunda; son los usuarios quienes regulan y mantienen con vida la actividad dentro de este territorio, qué se haga y para qué se utilice depende de los usuarios que participan de él.

La aparición de prácticas que en varios países son consideradas ilegales no quiere decir su uso sea exclusivamente “criminal”, ni tampoco que éstas ocurran por la falta de un organismo que dicte leyes de regulación. Respecto a esto podría preguntarse ¿este tipo de fenómenos se originaron a partir de las posibilidades técnicas de la red profunda o ésta es simplemente un medio al que se trasladaron ciertas prácticas existentes en otros ámbitos?, ¿la regulación de este espacio en la red haría que desaparecieran y dejaran de proliferar?

Las prácticas ilegales que permiten lo márgenes de la naturaleza operativa de este espacio no están dadas por su mera existencia, ocurren porque hay quienes le dan ese tipo de usos. Sin embargo, no dejan de ser interesantes otros tipos de prácticas micropolíticas que se posibilitan con la existencia de un territorio a escala global con estas características. Con esto no se pretende minimizar o invisibilizar la sordidez de redes de pedofilia, tráfico de armas, etc. Existen otras dinámicas y puntos de vista que resaltan la importancia de apropiarse y dar sentido, como usuarios, a este tipo de herramientas: canales de chat de transmisión por internet que usan los activistas de Anonymous, WikiLeaks;  foros y canales anónimos para debatir, compartir información y planear acciones; o simplemente la búsqueda de información científica en bases de datos no indexadas.

Ampliar las posibilidades que la Internet ofrece implica también tener una mirada crítica a las prácticas que en ella se producen y dejar de lado la visión idealista de la red como una herramienta neutral, a fin de cuentas los que crean los centros y los flujos de información tecnológicos son personas que participan en prácticas que van más allá de la red.

* Tonatiuh Paz es pasante de Filosofía y Letras en la UNAM y colaborador del LETS

 

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