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Guerras de papel y tinta: el Juego letrado una ficción multimodal juvenil en el exilio
CLAUDIA PATRICIA VALDIVIA SANCHEZ
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Guerras de papel y tinta: el Juego letrado una ficción multimodal juvenil en el exilio

Una investigación de Judith Kalman y Citlalli López Rendón

La capacidad de narrar ficciones ha permitido al ser humano, no sólo imaginar mundos posibles (Bruner, 1986), sino hacerlo de forma colectiva y con ello cooperar y llevar a nuestra especie a empujar sus propios horizontes constantemente. Las ficciones compartidas han sido un potente motor de cooperación que permitido al ser humano construir comunidad y sobrevivir a las condiciones más adversas (Harari, 2011).

En 1936 en la España Republicana asediada por el Franquismo una historia comenzó a ser vivida y relatada por los hermanos Néstor y Odón de Buen –de 12 y 14 años–, se trataba de la historia de Jorge I, rey de Askania y la Sociedad de Naciones de un mundo imaginado con países fascistas, socialistas, monárquicos y republicanos. A esta ficción construida por Néstor y Odón a través de mapas, periódicos y documentos de muy diversa índole, le hemos llamado el Juego letrado.

El juego letrado acompañó a los hermanos de Buen en su exilio: de Madrid a Barcelona, después a Valencia, cruzando los Pirineos para llegar a Banyuls Sur-Mer, continuando su camino a Toulouse, avanzando hasta Paris y, finalmente, cruzando el Atlántico para llegar a México, en donde la familia se establecería permanentemente. Fueron más de cinco años en los que los jóvenes hermanos continuaron jugando y construyendo una ficción que abrevaba de la realidad que los atravesaba, pero que tomaba, al igual que ellos, su propio camino.

El juego estaba compuesto por mapas elaborados de manera intergeneracional –en intercambio con el tío Fernando y los primos que asistían a casa de los abuelos–, un dado, tropas de papel, acorazados, aeronaves y diversos vehículos de guerra dibujados y confeccionados por los jóvenes para que pudieran sostenerse por sí mismos sobre una superficie plana. Tropas y vehículos se enfrentaban en álgidas batallas atacando con bolitas de papel cuya capacidad de asalto respondía a la caprichosa voluntad del dado rodando sobre el mapa.

Sin embargo, la guerra de papel no permanecía en los límites del tablero, en torno a ésta los jóvenes autores crearon documentos legales –pasaportes, salvoconductos, leyes, entre otros–, declaraciones de guerra, llamamientos de paz, partes de guerra, inventarios de armamento, cartas y telegramas, papel moneda, entre otros.

Quizá los documentos más ricos en términos de recursos desplegados por los jóvenes autores sea la prensa que publicaba las noticias más relevantes de las naciones ficticias; periódicos como La Corona Real, El Dominical o La hoja de Otonia, fueron tres publicaciones, con líneas editoriales definidas, creadas por los hermanos de Buen, ávidos lectores de la prensa escrita de la época –existe registro de que leían al menos cinco periódicos distintos en más de una lengua. Es precisamente en estas hojas en donde los hermanos construyeron una ficción que incorporaba sus saberes escolares, familiares, literarios, retóricos, históricos, artísticos, entre otros, y al hacerlo se convirtieron en agentes de un mundo de papel que no era una mera representación del contexto bélico que vivían, sino una ficción que abrevaba en la realidad histórica pero que llevaba la impronta de una narrativa propia.

En el Juego letrado se hace evidente la forma en que los jóvenes autores incorporaron a su narrativa los recursos que su contexto les ofrecía. Pertenecientes a una familia sumamente letrada, estaban familiarizados con el lenguaje jurídico y bélico, tenían acceso a partes de guerra y documentos legales que permitieron robustecer su propia producción para las naciones que inventaron. Fueron también grandes consumidores de cine, así como de narrativa; leían a Julio Verne, Agatha Christie, Homero, Daniel Defoe, Alejandro Casona, entre otros. Estudiaron tanto formal como informalmente idiomas: inglés, francés, alemán.

Néstor y Odón asistieron a uno de los proyectos pedagógicos de avanzada en la España republicana: el Instituto Escuela, que promovía entre sus estudiantes una mirada acuciosa hacia la realidad y una actitud crítica ante la misma. Pero, sobre todo ponía la literatura y el pensamiento literario al centro de su planteamiento educativo.

Judith Langer (1995), afirma que la literatura debe entenderse como una forma de pensar y de aproximarse al mundo, como un mecanismo que, a partir de la mirada de lo existente, ofrece posibilidades de nuevas perspectivas, nuevas formas de ser y estar en el mundo y con los otros. El pensamiento literario permite reconfigurar lo conocido, comprenderlo de nuevas formas enriquecerlo y transformarlo. En este sentido, ser letrado significa poder manipular el binomio lenguaje-pensamiento poniendo en acción los recursos aprendidos de múltiples contextos y, con ello, crear nuevas narrativas, nuevos mundos. En este sentido, Jorge y Odón de Buen a través del juego letrado, en tanto autores de textos literarios, se constituían en actores sociales y narradores de acontecimientos históricos través de un proceso de ficcionalización.

¿Por qué es relevante, más allá del asombro ante preciosismo de la producción de los hermanos de Buen, la historia que contaron mientras transitaban un exilio? La respuesta que sostiene nuestra actual investigación es: porque al desenterrar las huellas del proceso de producción del Juego letrado, es posible dar consistencia a lo que significa ser un joven letrado en un contexto de crisis –no muy lejano al que se enfrentan las infancias y juventudes hoy en día–, asimismo, nos permite imaginar posibilidades y caminos que las juventudes actuales puedan transitar para construir sus propias narrativas y con ello convertirse en agentes de mundos posibles que quizá, trasciendan la ficción.

Bruner, J. (1986) Actual Minds, Possible Worlds. Cambridge: Harvard University Press.

Harari, Y.N. (2011). Sapiens: A Brief History of Humankind. New York: HarperCollins.

Langer, J. A. (1995). Envisioning Literature: Literary Understanding and Literature Instruction. Language and Literacy Series. ERIC.

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