Presentación del examen doctoral de Óscar Hernández, miembro fundador del LETS

La digitalización no siempre tiene consecuencias positivas

“Trabajo, estudio y canto: actividades cotidianas y la apropiación de prácticas digitales en una comunidad suburbana de la Ciudad de México”, presentación del examen doctoral de Óscar Hernández, miembro fundador del LETS

La digitalización no siempre tiene consecuencias positivas

El pasado 30 de septiembre del año en curso se llevó a cabo el examen profesional de doctorado de Óscar Hernández Raso, colaborador y fundador del LETS. El Dr. Hernández presentó el examen titulado “Trabajo, estudio y canto: actividades cotidianas y la apropiación de prácticas digitales en una comunidad suburbana de la Ciudad de México”. En este examen profesional de doctorado el comité de sinodales estuvo conformado por la Dra. Michele Knobel, de la Montclair State University; la Dra. Enna Carvajal de la Universidad Anáhuac del Norte; la Dra. Iliana Reyes, el Dr. Eduardo Remedi y la Dra. Judith Kalman, los tres del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav.

En su investigación, el Dr. Hernández abordó la forma en que los procesos de digitalización se han incorporado a diversas actividades cotidianas relacionadas con el trabajo en pequeños negocios, así como las trayectorias errantes de aprendizaje de diferentes personas de una comunidad en Cuautepec, zona colindante entre el Distrito Federal y el Estado de México. En esta  tesis doctoral se plantea un serio cuestionamiento sobre los discursos optimistas de las tecnologías de la información, comunicación y diseño (TIC-D) que consideran una relación lineal y determinista entre las tecnologías y los beneficios laborales, sociales e individuales. Existen situaciones invisibilizadas que esos grandes discursos no contemplan por lo que es necesario investigarlas y matizar los verdaderos efectos de las TIC-D.

Como ejemplo de su estudio de caso, el Dr. Hernández presentó la forma en que la digitalización penetró en las actividades laborales en un pequeño taller familiar de bordado, en donde ocurren pequeños cambios al introducir a este negocio una bordadora digital. Con este ejemplo, el investigador del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav, mostró que al introducir esta tecnología digital, algunas actividades de este negocio familiar sufren pequeños cambios, pero otras se mantienen intactas.

A diferencia de los discursos promovidos oficiales y de las empresas de tecnologías, estos cambios no siempre son positivos. Entre los cambios mostrados en este ejemplo se encuentran la reconfiguración de roles entre los participantes de la actividad, el abandono escolar del hijo mayor que se tiene que encargar de operar la bordadora digital, la participación de otros miembros de la familia para solucionar problemas con el uso de esta tecnología, así como la realización de diseños por computadora de los bordados que antes se hacían a mano: “Lo que cambia en el diseño de un bordado moviliza recursos, saberes y relaciones sociales”.

Entre las principales conclusiones de este trabajo se encuentran las siguientes: la digitalización de actividades cotidianas implica el involucramiento de los actores en procesos de aprendizaje; no existen usos genéricos de las tecnologías sino que dependen de las situaciones y metas específicas; es necesario comprender la digitalización desde lo que ocurre en situaciones cotidianas y no sólo de las cifras que hablan de la disponibilidad de aparatos digitales y conexión a internet; y finalmente, la digitalización no significa para todos lo mismo, lo cual dependerá de las grandes desigualdades sociales que existen en una sociedad como la nuestra: “en condiciones de precariedad la digitalización puede ser problemática y representa elevados costos”.

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